Escribamos en el aire, sin papel, pluma o teclado
Eduardo de Heureux
Comencé imaginandome en 1960 sentado junto al borde de un barranco, un hombre me gritaba, desde el otro lado, a unos 50m, yo no le entendía. El paisaje le drenó la voz. Ahora se desgastaba moviendo sus brazos en el aire, diciendome %$$#%& y más"!#$%$#?? que escribía con sus brazos en el aire. Tenía un morral que contenía hojas de papel y una pluma (que cómo lo se, soy omnipresente, es mi historia). Entonces decide escribir: "..." Y convierte la hoja en un avioncito de papel que lanza hacia mí, pero vuela unos metros por encima de los bordes del acantilado, hasta que el aire escribe su destino, estampándolo en las rocas.
Luego proyecte la situación al presente, en un area con señal 3G, el hombre tiene un iphone 4. Trato de seguir pensando en que dira el hombre cuando me contacte, y descubro en mi imaginario que aunque intente esbozar la ventaja comunicativa que la tecnología nos proporciona, y que perfecciona cada día, el no tiene mi número celular, twitter, facebook, email, hotmail, blog, etc. Entonces pense que él movería sus brazos como antes intentando escribir en el aire su número telefónico. Porque aunque exista google earth y pueda él identificarme. O incluso, aún si creasen la app HiperZoom para la camara de 100MP del Iphone9. No estaríamos más cerca. Ni si el avioncito hubiese llegado, ni si el cañón hubiera tenido solo 5 metros de ancho. Jamás estamos satisfechos, ninguna cercanía nos parece. Hacer el amor es los más cerca que estamos de que nuestros gametos se entiendan, y nada más; nunca nosotros. La comunicación no falla por los medios que son impresionantes, ni por el canal (lengua) que nos premite hacer proesas hermosas e inentendibles, tampoco culpemos al contexto. Pienso que lo más cercano al error de lo comunicado se da por emisor y receptor, son los universos que rara vez piensan igual.
Es mucho lo que decimos y poco lo que entendemos. O nos preocupamos por escribír aún más, en un intento por impregnar más de nuestra idea. O tratamos de digerir. De pensar en construir un puente entre ambos lados del desfiladero, tarde el tiempo que sea para hacer una comunicación efectiva. Sin la premura de comunicarse sin pensar en que tan dañada puede resultar la idea.
Tal es el caso de que aquí escriba. Aunque parezca fascinante escribir en el aire, donde viajaría eternamente el mensaje, es tan poco atractivo para un dependiente de sus semejantes hacerlo. Espero no haber creado barrancos de 1000metros de ancho, con este primer blog. Y lo seguire haciendo hasta que sea aire y pueda escribir a mi semejante.
Eduardo de Heureux